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La adopción de bitcoin (BTC) como una herramienta de ahorro y reserva de valor es un hecho consolidado para millones de personas. Sin embargo, su uso como medio de pago cotidiano todavía presenta desafíos.
Buscando cerrar esa brecha, han surgido diversas soluciones que actúan como puentes entre la red Bitcoin y el sistema financiero tradicional. Una de las más recientes es la Dolphin Card, una tarjeta virtual recargable que se gestiona desde la wallet Aqua, desarrollada por la empresa JAN3.
En CriptoNoticias, decidimos poner a prueba este nuevo producto para evaluar su funcionalidad, facilidad de uso y conveniencia. A continuación, narramos nuestra experiencia paso a paso, desde la configuración inicial hasta la realización de una compra en línea.
Primeros pasos: una configuración sencilla y sin KYC
El proceso comienza con la descarga de la aplicación Aqua, una wallet de bitcoin disponible para dispositivos móviles Android o iOS.
Como es norma en las wallets de autocustodia, el primer paso fundamental fue anotar y resguardar de forma segura la frase de recuperación de 12 palabras. Este elemento es imprescindible, pues otorga al usuario el control total sobre sus fondos en la wallet.
Posteriormente, para acceder a la funcionalidad de la tarjeta, es necesario crear una cuenta en JAN3, un proceso que se realiza dentro de la misma aplicación.
Uno de los aspectos más destacables de esta etapa fue el nulo requerimiento de datos personales. Solo se solicitó una dirección de correo electrónico, sin necesidad de pasar por un proceso de verificación de identidad (KYC) que exija documentos o fotografías. Este enfoque, que valora la privacidad del usuario, permite que cualquiera pueda registrarse utilizando un correo electrónico creado específicamente para este fin si así lo deseara.
Una vez creada la cuenta, habilitar la tarjeta —que está disponible solo en modalidad virtual, al menos por ahora— fue un procedimiento de pocos segundos. La aplicación muestra inmediatamente los datos necesarios para cualquier compra en línea: el número de la tarjeta, la fecha de vencimiento y el código de seguridad (CVV).
Cabe señalar que se trata de una tarjeta innominada, es decir, no lleva impreso el nombre del titular, un detalle que pondríamos a prueba más adelante.
Así se ve la Dolphin Card recién creada, antes de cargarle saldo. Fuente: Captura de pantalla por CriptoNoticias de la app Aqua.
Recargando la tarjeta: una transacción en la red Bitcoin
Con la tarjeta virtual ya activa, el siguiente paso era cargarle saldo. El método es directo y se hace intuitivamente desde la app, con saldo que sale desde la propia wallet Aqua.
En nuestro primer intento, quisimos cargar el equivalente a los 20 dólares estadounidenses que teníamos en bitcoin en la wallet. Sin embargo, la operación no fue posible. La razón es simple: la recarga de la tarjeta es una transacción on-chain. Esto significa que, como cualquier otra transacción en la red Bitcoin, requiere el pago de una comisión a los mineros. Al querer recargarla con el monto total, no quedaban sats para hacer el pago de esas comisiones.
Ajustando el monto, procedimos a enviar el equivalente a 15 dólares en bitcoin. La transacción se envió a la red y aquí observamos otro punto importante. La acreditación de los fondos en la tarjeta no fue instantánea. Tuvimos que esperar a que la transacción alcanzara entre 3 y 4 confirmaciones en la red. Si bien esto añade una capa de seguridad, una acreditación tras la primera confirmación podría agilizar notablemente el proceso para el usuario que busca inmediatez.
La recarga de la tarjeta implica una transacción en la red Bitcoin. Fuente: Aqua Wallet – Captura de pantalla por CriptoNoticias.
Vale aclarar que la recarga también se puede hacer con los saldos que se tengan en Liquid Bitcoin (L-BTC) y USDT, ambos en Liquid (una red de segunda capa admitida por Aqua que permite transacciones más rápidas y económicas que en la red Bitcoin).
Un aspecto central del funcionamiento de la Dolphin Card es que, una vez que los fondos se acreditan, el saldo en bitcoin se convierte automáticamente a dólares estadounidenses. Por el momento, la plataforma no ofrece la opción de mantener el saldo en bitcoin, lo que podría ser una característica deseable para futuros desarrollos, permitiendo a los usuarios decidir en qué activo mantener su saldo (incluso el que usarán para hacer compras con la Dolphin Card).
Poniendo a prueba la tarjeta
Con un saldo de 15 dólares en la tarjeta, llegó el momento de la verdad: usarla para un pago real. El primer objetivo fue una suscripción mensual de Spotify desde Argentina. Sin embargo, la plataforma de streaming rechazó el pago. El motivo, informado por la propia Spotify, fue que la tarjeta no correspondía al país del usuario. Siendo una tarjeta emitida en Estados Unidos y denominada en dólares, el sistema de Spotify no permitió su uso para un servicio localizado en Argentina (y por cuestiones de costo del servicio en ambos países, no resultaba conveniente hacer el cambio de «residencia» en Spotify).
Este es un factor a tener en cuenta para usuarios en distintas jurisdicciones, ya que muchos servicios en línea podrían restringir los pagos a tarjetas emitidas en el mismo país de facturación. También, el usuario deberá evaluar la conveniencia según el tipo de cambio.
Lejos de darnos por vencidos, buscamos otra plataforma de alcance global: Amazon.com. Para realizar una prueba de bajo monto, nos propusimos encontrar algún producto de un dólar, como un libro digital. La búsqueda nos llevó a adquirir una obra literaria seleccionada al azar, «Palabras del corazón, libro 8», con el único fin de completar la prueba.
Nuestra primera compra con la Dolphin Card. Fuente: CriptoNoticias.
Al momento de cargar los datos de pago en Amazon, surgió una duda: la plataforma exigía un nombre de titular para la tarjeta, pero la Dolphin Card es innominada. Optamos por introducir nuestro propio nombre y apellido. Para nuestra sorpresa, la transacción fue aceptada sin ningún inconveniente.
El débito fue instantáneo. Tan pronto como Amazon confirmó la compra, el saldo en dólares de la Dolphin Card se actualizó en la aplicación de Aqua, reflejando el monto descontado. La operación había sido un éxito.
Conclusiones: una experiencia positiva con margen de mejora
La experiencia con la Dolphin Card de Aqua fue, en términos generales, muy positiva. La tarjeta cumplió su cometido principal: permitir el gasto de bitcoin para la compra de productos y servicios en tiendas que solo aceptan pagos tradicionales con tarjeta. La facilidad de configuración y el respeto por la privacidad del usuario son sus puntos más fuertes.
No se detectaron fallos críticos durante el uso, pero sí se identificaron áreas de mejora que podrían enriquecer la experiencia. La posibilidad de que los fondos se acrediten tras la primera confirmación de la red Bitcoin reduciría significativamente los tiempos de espera. Asimismo, ofrecer la opción de mantener el saldo en bitcoin sería un gran añadido para aquellos usuarios que prefieren no desprenderse de su activo digital hasta el último momento.
Finalmente, la disponibilidad de tarjetas físicas en el futuro expandiría enormemente su utilidad, permitiendo su uso en comercios presenciales y no solo en el ámbito virtual.
En definitiva, la Dolphin Card se presenta como un puente funcional y bien ejecutado entre la red Bitcoin y el ecosistema de pagos global, demostrando que la usabilidad de la moneda digital en la vida cotidiana es cada vez más sencilla.
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