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«Es una advertencia final», dice el especialista.
Zeberg compara lo que puede ocurrir con la Gran Depresión de 1930.
La crisis económica global y masiva parece estar a la vista. No tarda en llegar y, esta vez, las experiencias de 2008 y de la Gran Depresión en 1930, podrían quedar pequeñas ante todo lo que se aproxima. En esencia, las alarmas —de acuerdo con algunos especialistas— están encendidas: se aproximan tiempos oscuros y, por tanto, es momento de cubrirse.
El macroeconomista Henrik Zeberg publicó un análisis en el que deja ver que todos los caminos apuntan a una profunda crisis que está a la vuelta de la esquina. Aunque admite que es improbable conocer la fecha exacta del desplome, él considera que la economía actual encarna al Titanic y, en estos momentos, el barco ya chocó contra el iceberg y sus galerías están comenzando a anegarse.
De acuerdo con el modelo del ciclo económico de Zeberg, la situación vigente de la economía es alarmante. Esto, ya que denota que el indicador principal (curvas de rendimiento o el estatus de la vivienda, etc.), así como los indicadores coincidentes (empleo, la producción industrial, ingresos, etc.), están a la baja.
Como se puede ver en la siguiente gráfica, el indicador principal (líneas rojas en el panel superior) cayó por debajo de su línea de base crítica. Y el indicador coincidente (líneas rojas en el panel inferior) sigue sus pasos y es probable que también caiga por debajo del límite.
Así lo dibuja el especialista:
“Piense en ello como el Titanic: cuando el índice principal se estrella a través de un cierto umbral, ese es el momento en que el barco ha chocado contra el iceberg. El daño ya está hecho. Una recesión se vuelve inevitable. El hundimiento real (recesión) se confirma cuando el índice coincidente cruza posteriormente por debajo de su línea de base”.
Henrik Zeberg, economista.
Para Zeberg, lo anterior indica que “estamos claramente en la fase final del ciclo” y que, por lo tanto, la recesión es más que inminente. Él dice que esto es evidente porque este modelo ha predicho con precisión las recesiones durante 80 años.
“Y ahora está gritando que se avecina una recesión”, dijo. “Los indicadores coincidentes aún no han colapsado, pero se están dando la vuelta: esencialmente estamos tomando agua. En otras palabras, el Titanic se hundirá, el daño es irreversible”, subrayó.
Explicó así que todos los indicadores clásicos de una recesión inminente están presentes. Por ejemplo, el índice económico principal del Conference Board ha estado cayendo de manera constante y las curvas de rendimiento se han invertido profundamente durante meses
“Esto es exactamente lo que vimos antes de 2008. (…) Hemos chocado contra el iceberg: una recesión en 2025-26 está casi asegurada”, insistió.
Los temores por la recesión económica a nivel mundial no tienen poco tiempo en la palestra. Ya se han asomado alertas desde hace meses por parte de distintos referentes, como Robert Kiyosaki, autor del best-seller Padre Rico, Padre Pobre, quien advirtió en enero de una “crisis global gigantesca”, como reportó CriptoNoticias.
Los errores de la Fed
Zeberg destacó que, en las circunstancias actuales, la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) está cometiendo una serie de errores, que califica de históricos, pues pueden decantar en una crisis demasiado profunda. Esto es, en esencia, ignorar los mensajes que se están enviando desde los consumidores.
De acuerdo con el economista, la visión de la Fed es equivocada, pues piensan que la economía está bien porque el mercado laboral demuestra bajo desempleo. Para él, el banco central estadounidense pasa por alto el hecho de que el consumidor “se está deteriorando rápidamente”.
El especialista señala que las encuestas de confianza del consumidor se han desplomado a niveles típicamente vistos durante las recesiones, a pesar de que oficialmente no estamos en una.
El siguiente gráfico así lo muestra. El desempleo (línea roja) está cerca de máximos históricos y la confianza del consumidor (azul) se hundió recientemente a su nivel más débil en más de una década.
“Este tipo de colapso del sentimiento, sin una recesión actual, no tiene precedentes en los tiempos modernos”, dice Zeberg, quien resalta que el 70% del producto interno bruto de Estados Unidos proviene del gasto de los consumidores, los cuales se han visto gravemente dañados por el aumento de la inflación y los costos del endeudamiento en los últimos dos años.
En ese sentido, critica que la Fed esté centrada en indicadores coincidentes como la tasa de desempleo, al tiempo que descarta la clara señal de socorro de los consumidores.
“Este se perfila como uno de los mayores errores de política de la Fed. Es sorprendente que no pueda ver la devastación que golpea al consumidor estadounidense: se están ‘olvidando’ del motor mismo de la economía. De hecho, la morosidad de las deudas en tarjetas de crédito, préstamos para automóviles e hipotecas está aumentando después de años en niveles bajos, otra señal de que el consumidor está agotado”, dijo el economista.
Y advirtió que, si la Fed ignora estas advertencias y mantiene una política restrictiva, “corre el riesgo de empujar a la economía al precipicio”. “Se han obsesionado tanto con la lucha contra la inflación de ayer que se están perdiendo la recesión de hoy que se está formando delante de sus narices”, señaló Zeberg.
Hay que señalar que la confianza del consumidor aumentó en el último mes, mejorando las expectativas sobre la inflación, según el más reciente reporte de la Universidad de Michigan. El índice de junio aumentó 8,5 puntos, pasando de 52,2 en mayo a 60,7 en junio. Según Joanne Hsu, directora de la encuesta, “la mejora fue generalizada en numerosas facetas de la economía”.
El mercado inmobiliario emite alertas
Otro de los indicadores que emiten señales de alerta por una inminente crisis financiera es el mercado inmobiliario. Históricamente, este sector ha sido uno de los más sensibles a las políticas monetarias. Por ejemplo, en el 2000, este mercado comenzó a resquebrajarse, mucho antes de la crisis global del 2008.
Esto se evidenció en la disminución de la confianza de los constructores de viviendas, la caída de las ventas de nuevas viviendas y el aumento de la morosidad hipotecaria. Actualmente, dice Zeberg, “estamos viendo un patrón ominosamente similar”.
Siguiendo el índice del Mercado de la Vivienda, se evidencia un desplome desde los máximos alcanzados cuando la pandemia del COVID-19. Ahora, en junio de 2025, este indicador registró 32 puntos. Se trata de la tercera lectura más baja desde 2012, siendo las de abril de 2020 y diciembre de 2022, las peores registradas.
A esto se suma que los constructores están recortando los precios y ofreciendo incentivos para atraer a compradores, ya que las altas tasas hipotecarias ahogan la asequibilidad.
Este índice estaba en los 80 puntos a finales de 2021. Y una caída a los 30 puntos representa un cambio brutal de la euforia al pesimismo entre los constructores. Un declive tan pronunciado siempre ha coincidido con los problemas económicos que se avecinan, dice Zeberg, quien recuerda que cada vez que este indicador ha caído, la tasa de desempleo ha subido un año más tarde.
Como se ve en la gráfica a continuación, el Índice de Constructores de Viviendas (línea azul) se ha desplomado desde su máximo. Mientras que el desempleo (línea naranja) se encuentra en mínimos.
Ahora, la historia señala que, cuando la línea azul cae, se espera un incremento en la naranja, al menos, un año después.
Zeberg lo dibuja claramente: ahora mismo, el panorama del mercado de la vivienda está tan sombrío como a finales de 2007, pues los permisos y los inicios de construcción de viviendas han bajado y las ventas de viviendas se están debilitando. “Todos precursores clásicos de la recesión”.
Si bien no cree que una crisis inmobiliaria vaya a derivar en la implosión de las hipotecas de alto riesgo (como en 2008), sí ve que el impacto sobre el crecimiento será similar: menos empleos en la construcción, menos demanda de materiales, menos gasto en mobiliario.
“Es un efecto dominó negativo. El Titanic tiene un corte en su casco, y la vivienda es donde el agua inunda por primera vez”, advirtió.
Lo que señala Zeberg sobre la crisis inmobiliaria coincide con el análisis del especialista en bienes raíces Alan Longbon, quien explicó que está por terminar un ciclo inmobiliario, lo que suele derivar en crisis en este sector. Esto debido a que se han dado flexibilizaciones en las políticas monetarias, las acciones de constructoras de viviendas han marcado récords, ha habido máximos en los precios de las viviendas y estamos al borde de una recesión.
El mercado laboral oculta grietas
Se suele decir que las bajas tasas de desempleo, así como un aumento constante del empleo mensual, evidencia que la economía está bien. Y en efecto, el mercado laboral se ha mant …
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